La Mutilación Genital Femenina (MGF) es una manifestación de la violencia y la desigualdad de género, basada en una serie de convicciones y percepciones profundamente arraigadas en las estructuras sociales, económicas, políticas y, en algunas ocasiones, religiosas, de algunas comunidades.
La MGF, además de ser un grave atentado contra los derechos humanos de la persona, entraña con frecuencia consecuencias físicas y psicológicas importantes para las niñas y mujeres.
Los servicios de salud, por sus características de proximidad, accesibilidad y universalidad, constituyen el espacio idóneo para permitir la aproximación a este reto intercultural que plantean las nuevas ciudadanías en el país. En este sentido, las y los profesionales sanitarios se relacionan directamente con la población de riesgo (población procedente de países donde se practica la MGF), por lo que desempeñan un papel clave en la prevención de la MGF y, por tanto, pueden contribuir a su erradicación.